Cuando se tienen relaciones sexuales genitales, el cuerpo experimenta una serie de cambios físicos y psicológicos que acompañan a hombres y mujeres.
Estos cambios se viven de manera gradual y paulatina, por lo que han sido descritos en cuatro fases que permiten comprender mejor lo que va sucediendo en el cuerpo.1. Deseo. 2. Excitación. 3. Meseta. 4. Orgasmo
La fase del DESEO consiste en las ganas que se sienten de iniciar una actividad genital, es una especie de apetito o interés sexual. El deseo tiene que ver con lo físico, ya que en ese momento se activa una parte del cerebro que libera unas sustancias llamadas hormonas. Si una persona se siente muy cansada, probablemente su apetito sexual se vea disminuido. También en el deseo interviene lo psicológico, puesto que los valores, creencias, temores e ideas sobre la sexualidad van a determinar que la persona sienta ese interés o apetito sexual. Por eso, si se cree que se está haciendo o se va a hacer algo malo, dañino, sucio, pecaminoso, entre otras. la persona no puede experimentar el deseo. Igualmente si la persona no se siente cómoda, por el lugar, el momento, o la pareja con la que comparte esa experiencia, tampoco va a lograr que el deseo se haga presente o este va a estar disminuido.
La fase de EXCITACIÓN se caracteriza por cambios en los genitales. Para que suceda, son necesarios los estímulos agradables, ya sea por la vista, el tacto, el oído, el olfato, los pensamientos, los besos, la seducción, entre otros. Los hombres y las mujeres se excitan de manera distinta. Cuando los hombres están excitados, su cuerpo responde a través de la erección del pene. También los testículos se elevan un poco y puede empezar a salir por el pene el líquido pre-eyaculatorio. En la mujer, los genitales aumentan de tamaño, se humedecen y la vulva se enrojece. Ellas tardan más tiempo en alcanzar esta fase, por lo que requieren de más estimulación que los varones. Además el tiempo que se destine a las caricias y juegos sexuales (primero en sus zonas erógenas no genitales y después en los genitales) les produce mucho placer. Para que se pueda dar la penetración, la mujer debe estar excitada, ya que de lo contrario va a sentir dolor y poco placer.
La fase de MESETA es el momento en que si se continúa con la excitación se puede llegar al orgasmo. La duración de esta fase depende de las personas y su deseo de alcanzar el orgasmo, la edad, o los estímulos que está recibiendo. En esta fase, se puede suspender por un momento la estimulación para volver a la fase de excitación anterior y reiniciar la estimulación, ya que retrasar el orgasmo hasta que ambas personas estén bastante satisfechas puede resultar muy placentero.
A la fase de ORGASMO, solamente se llega si la excitación continúa. Esta fase dura de 3 a 15 segundos y se caracteriza por un conjunto de sensaciones y contracciones involuntarias que se producen al alcanzar el punto máximo de excitación. Generalmente, durante el orgasmo el hombre eyacula (descarga del semen por el pene). Luego viene un tiempo en que este pierde la erección y es incapaz de tener otro orgasmo. A esto se le llama período refractario. En la mujer, el orgasmo se experimenta con contracciones en los músculos genitales externos. La mujer suele alcanzar el orgasmo más fácilmente por estimulación del clítoris, y solo unas cuantas (30%) tienen un orgasmo con la penetración. La mujer puede tener varios orgasmos, uno después del otro, por lo que se le llama multiorgásmica. A pesar de esto, muchas no experimentan orgasmos por falta de estimulación adecuada o por inhibiciones personales. Además, el orgasmo también es una experiencia emocional y personal, que cada persona vive con una intensidad y sentimiento distinto.
Cual sea nuestra reacción sexual es importante tener prevención haciendo uso de manera correcta del preservativo (masculino o femenino) para evitar un embarazo no deseado, infecciones de transmisión sexual (ITS) o VIH.
Mayor Información: http://sexoysalud.blogspot.com/2007/02/la-respuesta-sexual-humana.html
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