martes, 28 de febrero de 2012

La Infección Por VIS Puede Provocar un Aumento de las Células-T Reguladoras Inmunosupresoras

Dichas células podrían hacer, a su vez, que la respuesta del organismo frente a la infección sea menos eficaz
Según un estudio recientemente publicado en la revista AIDS, se ha comprobado que la presencia de VIS (virus de la inmunodeficiencia símica, que tiene un efecto en esos animales similar al VIH en humanos) en determinados tejidos puede estimular la producción de un tipo de células-T, denominadas reguladoras, que hacen que se modere la respuesta del organismo frente a las infecciones. Si se encuentra el mismo patrón en personas con VIH, este hallazgo podría explicar por qué este virus consigue eludir las respuestas inmunitarias del cuerpo.
Los autores del estudio afirman que es necesario estudiar este fenómeno en más profundidad para comprobar si es posible aprovecharlo para crear una estrategia de tratamiento que permita reducir la producción de este tipo de célula-T restrictiva en puntos clave como la mucosa intestinal (una parte del cuerpo especialmente sensible para el establecimiento de la infección, tanto en el caso del VIS como del VIH), haciendo que la respuesta inmunitaria contra el virus sea más eficaz y potenciar así esta primera línea de defensa frente al virus.
La infección por VIS en macacos rhesus provoca una acumulación temprana y persistente de células-T reguladoras en los nódulos linfáticos y en las mucosas, que también siguen presentes en la etapa crónica del virus símico, aunque las causas y consecuencias de dicho aumento no están claras. Así, mientras algunos estudios han propuesto que las células-T reguladoras protegen el organismo mitigando los efectos adversos de una sobreactivación inmunitaria (como por ejemplo, una inflamación dañina o el desarrollo de una enfermedad autoinmune), otros hallazgos sugieren que estas células suprimen las respuestas inmunitarias específicas frente al VIS, lo que tiene el efecto no deseado de favorecer la persistencia de dicho patógeno.
De hecho, se cree que el elevado número de estas células en los primates infectados por dicho virus podría ser el motivo por el que su sistema inmunitario es incapaz de organizar un ataque eficaz contra el mismo. Por lo general, el número de estas células aumenta cuando el sistema inmunitario está en riesgo de sobrerreaccionar y su proliferación hace que se reduzca el ataque inmunitario, aunque no se entiende muy bien el mecanismo exacto. Sin embargo, en el caso de las infecciones persistentes, cuando es necesaria una respuesta inmunitaria robusta, las células-T reguladoras deberían reducir su número, liberando al sistema inmunitario para dar una respuesta más contundente.
Los autores plantearon la hipótesis de que la mayor frecuencia de células-T reguladoras en el tejido linfoide de los macacos con VIS podría deberse a una mayor tasa de conversión mediada por un tipo de células mieloides, las células dendríticas. Las células dendríticas interaccionan con las células-T reguladoras para llevar a cabo su actividad de patrulla en el organismo y esta interacción se produce en los nódulos del sistema linfático.
Los resultados observados sugieren que la infección por VIS promueve la conversión de células-T reguladoras, a través de las células dendríticas. También se descubrió que las células dendríticas maduras eran especialmente activas en estimular la producción de las células-T reguladoras.
Los científicos ignoran si el virus símico es el causante directo del aumento de dichas células-T inhibidoras, pero afirman que es probable que este virus (o el VIH) pueda influir de algún modo, haciendo que el organismo genere más células de este tipo, por lo que si se consiguiera de alguna forma reducir su producción se potenciaría la resistencia del organismo frente al virus.
En un artículo editorial en el mismo número de la revista, se afirma que es preciso realizar más estudios para determinar qué subgrupos de células dendríticas están implicadas en la generación de células-T reguladoras (y a través de qué mecanismos) en el contexto de las infecciones por VIS y VIH, y se considera que aún es pronto para saber si esto podría ser un posible objetivo para una intervención terapéutica.

REFERENCIA

miércoles, 22 de febrero de 2012

Un componente del té verde podría ayudar a prevenir la reinfección por el VHC después de un trasplante de hígado.

 La catequina EGCG inhibe la entrada del virus en las células hepáticas. Según un estudio publicado en la revista Hepathology, un componente antioxidante del té verde podría inhibir la entrada del virus de la hepatitis C (VHC) en las células hepáticas, lo que podría potencialmente prevenir la re infección del nuevo hígado después de un trasplante.
A lo largo de los años, la hepatitis C crónica puede evolucionar hacia una enfermedad hepática avanzada incluyendo la cirrosis o el cáncer de hígado, lo cual en los casos más graves puede requerir un trasplante de hígado. Desafortunadamente, el VHC casi siempre re infecta el nuevo órgano poco tiempo después del trasplante. Las personas con enfermedades hepáticas avanzadas no responden bien a los actuales tratamientos para la hepatitis C basados en el interferón pegilado y, además, puede que no sean capaces de tolerar sus efectos secundarios.

Según los autores del estudio, la investigación para el desarrollo de medicamentos, sobre todo con la llegada de los nuevos antivirales de acción directa (DAA, en sus siglas en inglés), se ha focalizado en el estudio de las proteínas necesarias para la replicación del ARN viral. Sobre la base de la elevada recurrencia de la reinfección y su rápida progresión en el contexto de los trasplantes hepáticos, los autores argumentan que es muy importante el desarrollo de estrategias antivíricas que actúen en las primeras etapas  de la infección.
 
Los investigadores identificaron y realizaron pruebas con la epigallocatequina-3-gallato (EGCG), un flavonoide conocido como catequina aislado del té verde.
El té verde es un producto que se extrae de las hojas de la planta perenne Camellia sinensis y que está compuesto por catequinas, principalmente la EGCG. Estudios de laboratorio previos han mostrado que tanto la EGCG como varios derivados –incluidas la epigallocatequina (EGC), la epicatequina gallato (ECG) y la epicatequina (EC) – tienen propiedades antivíricas y antioncogénicas.En este estudio se centraron en observar los efectos de la EGCG en la replicación del VHC in vitro.

La catequina no afectó a la replicación del ARN del VHC, al ensamblaje ni a la liberación de los nuevos viriones. Sin embargo, los investigadores sí observaron que la EGCG producía una potente inhibición de la entrada del virus en líneas celulares de hepatoma de laboratorio y en hepatocitos humanos primarios (células hepáticas obtenidas de los pacientes). Este efecto inhibidor de la entrada se observó en diferentes genotipos del VHC.
Los investigadores también hallaron que, aunque el pre tratamiento de las células con la EGCG antes de la exposición al VHC no redujo la infección, añadir la catequina al mismo tiempo que se producía la exposición al virus sí reducía considerablemente su capacidad infectiva.
Los autores de este estudio señalan que la EGCG inhibe el acoplamiento viral a la célula interrumpiendo el paso inicial de entrada del VHC. El uso de la EGCG no alteró la expresión de ninguno de los receptores conocidos del VHC ni del número total ni la densidad de los viriones. Es por ello que los autores sugieren que la EGCG podría actuar directamente sobre las células hepáticas.

Sobre la base de sus hallazgos, los autores concluyen: “La molécula del té verde EGCG inhibe de forma potente la entrada del VHC y podría formar parte de una estrategia antiviral dirigida a la prevención de la reinfección de VHC después de un trasplante de hígado”.
Si bien los autores se centraron en la prevención del VHC post-trasplante, la EGCG podría también inhibir la infección de nuevas células hepáticas en personas con hepatitis C crónica.
Dado que estudios previos ya habían mostrado la capacidad de la EGCG para inhibir la entrada del VIH en las células, se debería continuar el desarrollo de este agente para que puedan realizarse, en el mejor de los casos, ensayos clínicos en humanos que evalúen su potencial en la inhibición de ambos virus.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Aprobado en Canadá el primer ensayo en humanos de una vacuna contra el VIH basada en un virus completo inactivo.

Pese a todo, algunos expertos recuerdan que este enfoque no ha resultado muy exitoso en animales y dudan que demuestre eficacia en humanos.

El pasado mes de diciembre, se hizo pública una nota de prensa de la universidad de Western Ontario (Canadá) donde se anunciaba que una vacuna preventiva del VIH basada en un virus completo muerto y genéticamente modificado había recibido la aprobación de la Agencia de la Alimentación y el Medicamento de EE UU (FDA, en sus siglas en inglés) para el inicio de un ensayo clínico con seres humanos.

La vacuna experimental, denominada SAV001, ha adoptado un enfoque poco habitual en el ámbito del VIH/sida, puesto que es la primera candidata basada en el virus completo desactivado que se probará en humanos.

Según los responsables del estudio, la vacuna ya ha demostrado ser capaz de estimular la producción de unas respuestas inmunitarias potentes en pruebas toxicológicas preliminares en animales, sin que se apreciaran efectos secundarios de importancia ni riesgos de seguridad.

En la fase I, cuyo inicio estaba anunciado para principios de este mismo año, estaba previsto contar con 40 voluntarios que ya viven con VIH. En dicha etapa del proceso clínico, se comprobará sólo la seguridad de la administración de la vacuna en humanos. En caso de que se demuestre que la vacuna resulta segura, en las siguientes fases de ensayo clínico se verificará si ésta resulta realmente eficaz en la protección frente al virus de la inmunodeficiencia humana.

Fase II: Se medirá la respuesta inmunitaria en seres humanos y contará con cerca de 600 personas sin VIH en situación de alto riesgo de infección por el virus.

Fase III: Medirá la eficacia de la vacuna y se prevé que implicará la participación de unas 6.000 personas sin VIH en situación de alto riesgo de infección por el virus.

El uso de un virus completo muerto como antígeno no es una estrategia novedosa, dado que se utiliza en otras vacunas (como es el caso de la de la polio, la rabia o el virus de la hepatitis A). Esta manera de elaborar vacunas ofrece la ventaja de presentar todas las proteínas virales y, en teoría, constituye el método más eficaz de llevar estos antígenos al sistema inmunitario para reproducir el proceso natural de respuesta inmunitaria. Sin embargo, en el mundo de las vacunas contra el VIH no es frecuente este enfoque y se utilizan únicamente fragmentos del virus incapaz de provocar la infección por sí mismos.

Como indican los autores, en la elaboración de esta vacuna el VIH-1 se produce en el laboratorio a partir de unas células infectadas y es sometido a un proceso doble de desactivación (mediante métodos químicos y radiológicos) y está modificado genéticamente para garantizar que no tiene capacidad patogénica (es decir, de provocar enfermedad).
No obstante, aunque la aprobación de los ensayos en humanos por parte de la FDA significa que esta vacuna presenta un perfil de seguridad aceptable, algunos expertos se muestran escépticos respecto a las posibilidades de que resulte eficaz a la hora de prevenir nuevas infecciones y recuerdan que este enfoque ya ha sido probado en animales sin que se observara un nivel aceptable de protección.

Por otro lado, también apuntan como posible punto débil de este enfoque la enorme variabilidad genética del VIH, que hace poco probable que el uso de un único aislado viral en la vacuna ofrezca una amplia protección frente a la gran diversidad de cepas circulantes del virus.

Referencia:

http://gtt-vih.org/actualizate/la_noticia_del_dia/15-02-12






martes, 14 de febrero de 2012

RED JUVENIL CULTURA DE PAZ Y VIH/SIDA.

Es un espacio de articulación de adolescentes y jóvenes así como los y las representantes juveniles de las organizaciones y de particulares que comparten y promueven servicios en VIH/SIDA e ITS, cuyo objetivo es la prevención y educación en VIH/SIDA e ITS, en el marco de la Campaña MAS PAZ, MENOS SIDA, adoptada por Cátedra de la Paz y Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes. Vista su espacio Virtual. http://previniendocontigo.blogspot.com/

La vacuna contra el VPH podría reducir la recurrencia de lesiones anales precancerosas en HSH.

La disminución del riesgo fue de más del 50% durante los dos primeros años tras la vacunación.

La vacuna tetravalente contra el virus del papiloma humano (VPH), comercializada bajo el nombre de Gardasil®, podría reducir de forma sustancial el riesgo de recurrencia de las lesiones precancerosas en hombres que practican sexo con hombres (HSH) sin VIH. Esta es la conclusión principal a la que ha llegado un equipo de investigadores estadounidense en un artículo publicado en la edición digital de Clinical Infectious Diseases.
  
Los subtipos del VPH de riesgo elevado son la causa principal tanto del cáncer de cuello de útero como del cáncer anal. La vacuna tetravalente Gardasil® ha probado su eficacia en la prevención de la infección por dichos subtipos, pero la práctica totalidad de los estudios llevados a cabo con HSH se habían realizado con la participación de jóvenes sin historial de infección por el papiloma virus.
Para explorar la potencial utilidad de la vacuna en hombres que ya habían padecido dicha infección, los autores del presente estudio incluyeron a 202 HSH de mediana edad, sin VIH, que tenían historial de tratamiento de lesiones precancerosas por VPH.
El 44% de los participantes fueron vacunados con Gardasil®, mientras que el resto de hombres no recibió la vacuna. Los investigadores compararon las tasas de recurrencia de lesiones precancerosas en ambos grupos uno, dos y tres años después de la vacunación. El estudio tuvo lugar entre 2007 y 2010.
Una diferencia a tener en cuenta entre ambos grupos fue cierta discrepancia en la mediana de edad de los dos grupos (37 y 42 en los grupos con y sin vacuna, respectivamente; p= 0,02).
Un total de 12 hombres vacunados y 35 no vacunados experimentaron recurrencia de las lesiones precancerosas durante el ensayo. Este hecho se correspondió con unas tasas de 10,2 y 15,7 casos por cada 100 persona-años en los grupos con y sin vacuna, de forma respectiva.
Al analizar los datos a los dos años de la vacunación, los autores hallaron una reducción significativa (p= 0,05) de las tasas de recurrencia debido al uso de Gardasil®.
Tras un análisis multivariable, se observó que la infección por subtipos de alto riesgo del VPH constituyó un factor de confusión significativo en los tres intervalos evaluados.

El efecto protector de la vacuna en el mismo análisis solo se mostró significativo tras uno (p= 0,01) o dos años (p= 0,05), pero no a los tres años de recibir la vacuna (p= 0,06).
Al restringir el análisis a los participantes que tenían subtipos del VPH de riesgo elevado, se apreció que, en este subgrupo, el 45% de los hombres fueron vacunados.
En el subgrupo de varones infectados por subtipos del VPH de alto riesgo, la tasa de recurrencia en los vacunados fue de 15,4 casos por cada 100 persona-años, mientras que en los hombres no vacunados fue de 28,3 casos por cada 100 persona-años.
La reducción del riesgo proporcionada por la vacuna que se observó en este subgrupo fue del 60% al año de la vacunación (cociente de riesgo [CR]: 0,40; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,19 - 0,86; p= 0,02), del 53% al segundo año (CR: 0,47; IC95%: 0,22 - 1,00; p= 0,05) y del 52% al tercer año (CR: 0,48; IC95%: 0,22 - 1,04), aunque en este último caso no se alcanzaron valores significativos (p= 0,06).
Los investigadores concluyeron que, aunque Gardasil® redujo el riesgo de recurrencia, dicha reducción no parece tener el mismo impacto sobre los diversos tipos de recurrencia, hecho que podría ser debido a recurrencias causadas por subtipos del VPH que no son de alto riesgo o por la integración del genoma viral en las células huésped, momento tras el cual la vacuna perdería efectividad.
De todos modos, si estos resultados son confirmados por medio de un ensayo clínico de distribución aleatoria controlado con placebo, podrían conllevar una extensión de la indicación de la vacuna anti-VPH y permitir su empleo como terapia complementaria al tratamiento estándar actual de las lesiones anales precancerosas en hombres que practican sexo con otros hombres.



domingo, 12 de febrero de 2012

La Profilaxis con Nevirapina Previene la Transmisión del VIH en Bebés Lactantes.

Una pauta de 6 meses sería especialmente apropiada para los hijos de mujeres con VIH que no toman tratamiento antirretroviral. Según los resultados de un estudio realizado en mujeres africanas con VIH y sus bebés, publicado en la edición de 21 de enero de The Lancet, el tratamiento con nevirapina (Viramune®) durante seis meses en bebés lactantes seronegativos cuyas madres son seropositivas redujo el riesgo de transmisión del VIH de madre a hijo (TMH), si bien no modificó la probabilidad de muerte infantil.
Ensayos anteriores han concluido que tratar a las madres infectadas por VIH con fármacos antirretrovirales durante el embarazo y el parto, y a los bebés inmediatamente después de haber nacido, reduce de manera espectacular la tasa de transmisión vertical. Con todo, el VIH también se puede transmitir a través de la leche materna.
No se recomienda la lactancia en mujeres con VIH, la cual se puede sustituir por leche maternizada. Sin embargo, en algunos países no existe una alternativa de alimentación segura.
En estos casos, y de acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) relativas al VIH y la alimentación infantil, es necesario comparar el riesgo de transmisión maternoinfantil del VIH mediante la lactancia con el mayor riesgo de muerte por otras causas no relacionadas con este virus, en particular la malnutrición y las afecciones graves como la diarrea. Así, la OMS recomienda la lactancia materna hasta que el bebé tenga 12 meses, siempre que la madre con VIH o su hijo estén tomando fármacos antirretrovirales durante ese período. De este modo, se reducirá el riesgo de transmisión del virus y mejorarán las posibilidades de supervivencia del lactante. Incluso cuando no se dispone de tratamiento antirretroviral, el organismo de las Naciones Unidas aconseja a las madres la lactancia exclusivamente materna durante los primeros seis meses de vida y que la misma se prolongue más allá de esa edad, a menos que las circunstancias ambientales y sociales sean seguras y propicias para una alimentación alternativa.
En el África Subsahariana, la lactancia materna proporciona una nutrición vital para los niños desde su nacimiento hasta los 24 meses de edad, así como protección frente a enfermedades respiratorias y diarrea, con lo que mejora su supervivencia. No obstante, la lactancia hasta los 24 meses de edad puede representar el 30-40% de todos los casos de transmisión vertical del VIH.
Estudios previos han mostrado que el tratamiento basado en una toma diaria de nevirapina durante las primeras 6, 14 o 28 semanas en bebés expuestos al VIH a través de la leche materna reduce la transmisión por esta vía frente al tratamiento con una única dosis de nevirapina en el momento del nacimiento o poco después.
En este contexto, el estudio HPTN 046, de fase III, aleatorio, a doble ciego y controlado con placebo, evaluó el aumento de la eficacia y seguridad de ampliar el uso infantil de nevirapina una vez al día desde las 6 semanas hasta los 6 meses de edad o hasta el cese de la lactancia (según lo que se produjera primero) para prevenir la transmisión en bebés lactantes expuestos al VIH-1 que habían recibido la profilaxis con este fármaco antirretroviral hasta las 6 semanas de edad.
En este estudio se inscribió a 1.527 bebés lactantes, hijos de mujeres con VIH de cuatro países africanos, en los siete primeros días tras el alumbramiento. Todos los bebés recibieron nevirapina a diario desde el día de su nacimiento durante 6 semanas. En este punto (entre junio de 2008 y marzo de 2010), aquellos niños que no se infectaron fueron distribuidos de forma aleatoria para recibir profilaxis con nevirapina durante un período más largo o bien un placebo durante 6 meses o hasta el cese de la lactancia (lo que sucediera antes). Un total de cinco bebés se infectaron por VIH durante la distribución aleatoria y fueron excluidos del análisis primario.
El 1,1% de los bebés que recibieron nevirapina de manera prolongada (intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,3 - 1,8) contrajeron el VIH entre las 6 semanas y los 6 meses, en comparación con el 2,4% (IC95%: 1,3 - 3,6) de los del grupo con placebo. La diferencia del 1,3% -que se traduce en una reducción del 54% del riesgo de transmisión- alcanzó justo la significación estadística (IC95%: 0 - 2,6; p= 0,049). Sin embargo, las tasas de mortalidad (1,2% frente al 1,1%, respectivamente; p= 0,81) y las tasas de mortalidad e infección combinadas (2,3% frente al 3,2%; p= 0,27) no difirieron de forma significativa entre los dos grupos. Como tampoco difirió significativamente la frecuencia de efectos secundarios graves: un 16% de los bebés (125) que recibieron nevirapina de manera prolongada desarrollaron dichos efectos frente a un 15% (116) de los del grupo control.
A tenor de los resultados, los autores del estudio indican: “Después de seis semanas de tratamiento con una dosis de nevirapina diaria, el uso continuado del mismo fármaco hasta los seis meses de edad en bebés lactantes seronegativos hijos de madres con VIH-1 (…) disminuye en más del 50% la TMH a través de la lactancia si se compara con el grupo de placebo”.
Los investigadores también comentan que el efecto de los seis meses de tratamiento con nevirapina en la reducción de la transmisión del VIH a través de la lactancia fue especialmente destacable en bebés de mujeres cuyos recuentos de CD4 eran iguales o superiores a 350 células/mm3 o más, y que por tanto no cumplían los criterios de la OMS para recibir terapia antirretroviral. En este caso, disminuyó en 4 veces la transmisión del VIH a través de la lactancia si se compara con la transmisión en bebés que recibieron placebo desde las seis semanas hasta los seis meses.
Asimismo, el estudio muestra que la ampliación del uso infantil diario de nevirapina no ofrece beneficios adicionales en comparación con la administración durante seis semanas en bebés nacidos de mujeres que recibían terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA), lo que respalda la actual recomendación de la OMS relativa a la administración solamente de seis semanas de profilaxis infantil en el caso de bebés cuyas madres están bajo tratamiento.
Los autores concluyen que “el ensayo muestra la seguridad y eficacia incrementada de la ampliación del uso infantil de nevirapina hasta los seis meses para la prevención de la infección por VIH-1 postparto en bebés cuyas madres no necesitan tratamiento, y también evidencia la efectividad de la TARGA en la reducción de la transmisión de madre a hijo en bebés nacidos de mujeres con un bajo recuento de CD4 y que, por tanto, necesitan tratamiento”.

Referencia:
http://gtt-vih.org/actualizate/la_noticia_del_dia/06-02-12?#

jueves, 9 de febrero de 2012

¿Se deberían Incorporar los Programas de Deshabituación Tabáquica en la Práctica Clínica del VIH?

El tabaquismo es el principal factor de riesgo de numerosas enfermedades frecuentes en personas seropositivas.

Según los resultados de una investigación suiza publicada en “HIV Medicine”, ofrecer asesoramiento y terapia para dejar de fumar durante el cuidado rutinario de la infección por VIH aumenta las posibilidades de que los pacientes dejen el consumo de tabaco y no retomen el hábito.Un grupo de médicos de una clínica de VIH en Zúrich (Suiza) recibió formación sobre consejo asistido (counselling) para dejar de fumar y el uso de medicación para ayudar a las personas que quisieran dejar este hábito. En comparación con otros pacientes de la Cohorte Suiza del VIH, las personas que recibían atención médica en Zúrich tenían más probabilidades de dejar de fumar y también tenían menos posibilidades de retomar el hábito después de dejarlo. Los médicos de la ciudad suiza integraron con éxito los programas de deshabituación tabáquica en las visitas clínicas rutinarias.

La enfermedad cardiovascular es una causa cada vez más importante de morbimortalidad en pacientes con VIH. El factor de riesgo modificable más destacado de enfermedad cardiovascular es el tabaquismo, y de hecho, si se compara con la población general, las personas seropositivas son significativamente más propensas a fumar.
El consumo de tabaco es también un conocido factor de riesgo de sufrir numerosos tipos de cáncer. Entre los cánceres no definidores de sida, el de pulmón es uno de los más comunes en personas con VIH. Asimismo, un estudio reciente halló que el tabaquismo fue el único factor de riesgo importante de cáncer de pulmón en personas con VIH.

Si bien una gran mayoría de personas fumadoras desean dejar de fumar, solamente una minoría lo logran. Alrededor de una quinta parte de los pacientes que intentan dejar el tabaco reciben ayuda especializada en forma de asesoramiento o terapia farmacológica de apoyo. Además, hay poca información disponible sobre cómo se trata el dejar de fumar en el contexto del seguimiento y el cuidado de la infección por el VIH.

Por este motivo, entre 2007 y 2009 todos los médicos de un centro para el tratamiento del VIH en Zúrich recibieron una formación especializada sobre el rol del asesoramiento y el apoyo farmacológico en la deshabituación tabáquica. Los investigadores establecieron la hipótesis de que los pacientes que acudiesen a estos doctores serían más propensos a dejar de fumar que otras personas de otros centros de tratamiento del VIH en Suiza.

La formación, que tuvo una duración de medio día y fue realizada por la Fundación Suiza del Pulmón, proporcionó información sobre la identificación de fumadores, la dependencia a la nicotina, el síndrome de abstinencia, las fases de motivación, los métodos de asesoramiento y el apoyo farmacológico.

Un total de 1.689 pacientes recibieron atención en el centro de tratamiento de Zúrich y a 11.056 pacientes de la Cohorte Suiza se les proporcionó atención durante el mismo período del estudio. Sólo la clínica de Zúrich ofreció apoyo estructurado para abandonar el consumo de tabaco. Los médicos de este centro incluyeron el asesoramiento para dejar de fumar en el 80% de las consultas de personas fumadoras.

La prevalencia de tabaquismo en la totalidad de la Cohorte Suiza descendió del 60% en el 2000 al 43% en el 2010. En el año 2000, el 64% de los pacientes en Zúrich fumaba, porcentaje que se redujo en un 23% en el 2010, algo más que la reducción del 16% registrada en la Cohorte Suiza en su conjunto.

Justo antes del inicio del estudio en 2007, la incidencia de abandono del tabaco entre los pacientes de Zúrich era de 6,1 por 100 persona-años; esta tasa había aumentado a 10,8 por 100 persona-años en 2010. Los correspondientes valores para la Cohorte Suiza fueron de 4,4 y 6,2 por 100 persona-años, respectivamente.

La incidencia de recaída entre los antiguos fumadores de la clínica en Zúrich descendió de forma drástica durante el período de estudio de 8,7 por 100 persona-años en 2007 al 2,9 por 100 persona-años en 2010. La incidencia en otros centros de tratamiento se mantuvo sin grandes cambios en 10,9 y 9,2 por 100 persona-años en 2007 y en 2010.

Los investigadores calcularon que los pacientes de la clínica de la ciudad de Zúrich tenían un 25% más de probabilidades de dejar de fumar que los que recibían atención en otros centros suizos (cociente de probabilidades [CP]: 1,23; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,07 - 1,42, p= 0,004). De nuevo, los pacientes en Zúrich que lograron dejar el hábito tabáquico también tenían significativamente menos probabilidades de recaídas que los pacientes de otros centros (CP: 0,75; IC95%: 0,61 - 0,92, p= 0,007).El efecto de la intervención se mantuvo de forma significativa incluso después de controlar por año natural.

En el caso de usuarios de drogas inyectables y de personas que bebían en exceso era significativamente menos probable que dejaran de fumar (p >0,001), así como los pacientes que estaban o bien bajo tratamiento psiquiátrico o que tenían depresión (p= 0,03). Los mismos factores se relacionaron con una posterior recaída. En contraste, los pacientes con un historial de enfermedad cardiovascular mostraron menos probabilidades de recaer (p= 0,005).

“Dejar de fumar debería ser un tema de discusión en cualquier encuentro médico-paciente,” concluyen los investigadores. “Nuestro enfoque de un programa de capacitación a nivel institucional para médicos especialistas en enfermedades infecciosas dirigido a mejorar el asesoramiento para dejar de fumar puede ser bien integrado en la rutina de cuidado de la infección por VIH, fue bien aceptado por pacientes y médicos, y puede ser de ayuda en los esfuerzos de los pacientes por abandonar el consumo de tabaco”.

A la luz de los resultados de este estudio, y teniendo en cuenta que las personas con VIH tienen un mayor riesgo de padecer problemas cardiovasculares y oncológicos y que en este grupo de población la incidencia de tabaquismo es elevada, parece importante integrar programas de asesoramiento y apoyo en las visitas rutinarias de seguimiento. De este modo, las personas seropositivas podrían conocer los riesgos del tabaquismo en el contexto de la infección por VIH, así como recibir ayuda en caso de que decidan dejar el hábito de fumar.
                                                                                                        
                                                                                                         
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lunes, 6 de febrero de 2012

Sexo en Sentido: Sexo Sensual.


La experiencia erótica más profunda ocurre cuando se está cien por ciento inmerso en el momento. Alerta a cada sensación y conexión totalmente a tu pareja.Cuando fantaseas con una sesión carnal enloquecedora, lo más probable es que imagines posiciones extravagantes con los cuerpos sudorosos enredados entre las sábanas y un final orgásmico, estilo película porno, como para despertar a todos los vecinos.

Pero a veces, el sexo más HOT no tiene nada que ver con eso, y es más bien una fusión de almas, lenta, profunda y supersensual. Hablamos de un tipo de sexo que estimula cada uno de los sentidos, que estremece de pies a cabeza, que te conecta con tu pareja física y emocionalmente, y que trae como resultado orgasmos de alto nivel.
Cuando ambos dentro de la pareja son capaces de reducir la velocidad y disfrutar cada sensación en el momento, los dos se abren al verdadero éxtasis en vez de estar apurando las caricias y los movimientos para tratar de llegar a la meta. La mente se involucra tanto como el cuerpo, así que cada toque, sonido, olor y sabor se agiganta. Prueba con tu pareja tener un sexo intenso de almas gemelas, y así ambos conocerán un nuevo y trascendental nivel de placer.
El Sexo en Sentido en hacerlo con prevención. Experimenta con tu pareja y date el placer del disfrute pleno de la actividad sexual. Recuerda que los pequeños detalles cuentan, y la PREVENCIÓN es uno de ellos.