sábado, 6 de octubre de 2012

Fin de Semana Familiar. ¿Debo decirles a mis Padres que soy Gay?


A veces puede resultar ser una complicada decisión si debemos o no anunciar nuestra condición sexual a personas que, o bien, sean muy cercanas, o les tengamos mucho aprecio. La duda que permanece al dar semejante noticia se basa en que a veces no sabemos con certeza cómo reaccionarán los demás. De pronto nos damos cuenta que desconocemos ciertas cosas de nuestros allegados y dudamos confesar nuestra homosexualidad.

A continuación menciono algunos puntos que pueden ayudarte a enfrentar la situación de una forma prudente y confiable.

1) No esperes a que los demás sean abiertos de mente, se tú el primero en abrir tu mente. Si no estas seguro@ de tu situación, no procedas hasta estarlo. Aceptarse a uno mismo es el primer paso y el más importante. Si te sientes confundido, mientes ante una pregunta directa o evitas el tema, quiere decir que aún no estás preparado para anunciarlo.

El propósito de tu acción en todo caso es dar una noticia, no preguntar si está bien o mal lo que haces, aunque es comprensible que además de la aceptación y comprensión, busques ayuda, después de todo no es un tema fácil de abordar. A veces encontrarás apoyo por fuentes inesperadas, incluyendo tus propios padres, que de alguna forma ya lo sabían o lo intuían (principalmente tu madre). Otras, te toparás con rechazo, crítica y enojos, típicas reacciones primarias que con el tiempo a veces logran suavizarse. Pero en la mayoría de las veces, aunque lo sepan (o lo intuyan), no sabrán cómo manejar la situación, pues no es algo por lo que ellos han pasado alguna vez y no tienen ninguna experiencia al respecto. Yo conozco de un caso en el que un muchacho confesó su homosexualidad la noche de Nochebuena y frente a toda la familia, incluyendo algunos primos y tíos. A eso, yo le llamaría un suicidio público.

Sea como sea, siempre estará en juego tu autoestima: la forma en que te ves a ti mismo(a) y la forma en que crees que los demás te ven. Si logras aceptarte tal cual eres, decirlo no será mas que parte del proceso, y fluirá con tus verdaderos sentimientos.

2) Dale tiempo al tiempo. No importa cuántos años tengas, ni en qué condiciones te encuentres, el tiempo es un remedio infalible para cualquier mal. No digo que ser gay sea un mal, digo que madurar la idea de ser gay ayuda a encontrar más seguridad en uno mismo, y eso sólo es posible con el tiempo. Igualmente, madurar la idea de decírselo a tus padres puede prepararte mental y emocionalmente a proceder con seguridad en ti mismo(a).

3) Imagina lo peor que puede pasar. Hazte preguntas como: ¿qué pasaría si me gritan, me pegan o me sacan de la casa? Trata de responder fielmente a la peor situación. Tú, más que nadie, conoces cómo son tus padres. Trata de imaginar cuáles podrían ser sus reacciones, y dentro de esas, las peores reacciones. Una vez imaginada la situación, continúa imaginando qué harías en esa situación, cómo procederías y cuáles son tus posibilidades de sobrevivencia.


No me malinterpretes, pero hay padres que simplemente no aceptan esa condición. Por darte un ejemplo: si eres hijo@ únic@, y tu mamá siempre ha soñado tener un nieto, o eres herman@ de un gay o lesbiana, o tu familia pertenece a una iglesia ortodoxa que no permite la homosexualidad, etc. Los sentimientos de "perdida" que tus padres puedan experimentar en cierto momento debes tenerlo en cuenta. No pretendas ser comprendido, primero trata de comprender a los demás.

4) Evalúa los pros y los contras. Hazte la pregunta: ¿será provechoso anunciar la noticia? ¿Saldrán ganando los demás y yo con esto? ¿Hacia dónde apunta el resultado final? Por supuesto que no eres adivino, el dar una noticia de este tipo puede despertar sentimientos encontrados, pero también sentimientos favorables. En todo caso, sentimientos que no sabías que existían en los demás, a pesar de llevar tanto tiempo conociéndolos.

Si crees que los efectos o resultados de tu noticia no te traerán mejores condiciones, recuerda que siempre existe la posibilidad de no decirlo. Muchos han tomado la decisión de no hacerlo y viven tranquilos con eso, principalmente porque han pasado por el proceso de aceptación de sí mismos, y eso, es lo más importante después de todo.

Si deseas más información al respecto, es recomendable  el libro: Papá, Mamá, soy gay, de Rinna  Riesenfeld.

Articulo extraído de psicoasesoriaenlinea.blogspot.mx










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