Su correcta interpretación podría favorecer un tratamiento individualizado
Un equipo de investigadores del ensayo FIRST, un estudio dirigido a analizar las consecuencias del inicio de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA), ha concluido que unos niveles elevados de biomarcadores de inflamación, fibrosis y coagulación antes del inicio del tratamiento antirretroviral, en pacientes coinfectados por VIH y hepatitis virales, incrementan el riesgo de muerte después del comienzo de dicha terapia.
Los resultados del presente análisis, presentados en la VI Conferencia sobre Patogénesis, Tratamiento y Prevención del VIH de la Sociedad Internacional del Sida (IAS, en sus siglas en inglés), celebrada el mes pasado en Roma (Italia), ponen de manifiesto la necesidad de un seguimiento más estrecho de las personas coinfectadas con altos niveles de estos biomarcadores para prevenir posibles complicaciones.
A pesar de que la coinfección por VIH y el virus de la hepatitis B o C (VHB y VHC, respectivamente) es un fenómeno relativamente frecuente, poco se conoce de los factores de predicción de reactivación de la enfermedad hepática y/o de la mortalidad tras el inicio de la TARGA. Dado que, en anteriores estudios, determinados biomarcadores mostraron cierta capacidad predictiva, los autores del análisis evaluaron, en muestras anteriores al inicio del tratamiento, tres tipos diferentes: marcadores de inflamación (proteína C reactiva, citoquinas y quimiocinas pro y antiinflamatorias), un marcador de coagulación (dímero D) y un marcador de fibrosis (ácido hialurónico).
El objetivo principal fue detectar si estos biomarcadores podían predecir una reactivación de la enfermedad hepática en el período comprendido dentro de los cuatro meses posteriores al inicio de la TARGA o la muerte entre un mes y cuatro años después de iniciar el tratamiento. Los investigadores definieron reactivación de la enfermedad hepática como incrementos de la concentración sanguínea de la enzima hepática alanina aminotransferasa (ALT) hasta alcanzar niveles superiores a 100 UI/mL en el primer o cuarto mes y que dichos incrementos supusieran unos niveles de ALT superiores en más de 50 UI/mL a los observados al inicio de tratamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario