viernes, 14 de septiembre de 2012

La Cura Funcional, Cada vez Estamos Más Cerca.


Entrevista con Santiago Moreno. Jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y especialista en VIH. En 2008, un paciente con VIH que había desarrollado una leucemia recibió un trasplante de médula ósea en Alemania de un donante con una particularidad genética que lo hacía inmune al VIH. Gracias a este trasplante, el paciente no sólo se curó de la leucemia, sino también del VIH.

Tras repetir numerosas pruebas, no se observó la presencia del virus ni en la sangre ni en los tejidos del paciente, de tal modo que ya lleva cuatro años sin tomar tratamiento. Ha pasado a la historia de la medicina como el “paciente de Berlín”, la única persona conocida hasta ahora que ha logrado curarse del VIH. Esto, sin duda, ha revolucionado el campo de la investigación en VIH y ha reactivado la búsqueda de una cura.

¿Qué tenía de especial ese trasplante de médula ósea para conseguir curar la infección por VIH?

Santiago Moreno (SM): Tú lo has dicho bien: el paciente de Berlín es la única persona que, hasta este momento, se ha curado de la infección por VIH. En este paciente, teóricamente, se ha producido la erradicación del virus. Se acepta este resultado porque, tras numerosas pruebas en sangre y tejidos, no se ha detectado ni un solo rastro del virus.

El caso del paciente de Berlín ha sido un regalo para la ciencia, un hecho insólito que, además, va a ser muy difícil de reproducir, aunque se está intentando. Se produjo en él una confluencia de factores muy diversos que permitió llegar a ese resultado.

Básicamente, lo que ocurrió es que un muchacho infectado por el VIH [el paciente de Berlín], que recibió tratamiento antirretroviral, mantenía su carga viral indetectable y se hallaba en buen estado de salud, de repente desarrolló una leucemia, en concreto una leucemia mieloplásica aguda.

Como el tratamiento convencional no tuvo éxito, hubo que someterlo a un trasplante de médula ósea. Su hematólogo tuvo la buena idea de buscarle la médula de un donante compatible con una particularidad genética que hacía que sus células inmunitarias no desarrollarían los correceptores necesarios para que el VIH pudiera entrar en la célula e infectarla.


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