miércoles, 26 de octubre de 2011

Edad media y Sexo

La llegada de la Edad Media y el Sexo.
En el año 476, tras la caída del imperio romano de Occidente, comenzó la edad media. Durante este periodo (que concluyo en 1453 con la caída del imperio Bizantino) la iglesia católica consolido su poder político y Social, pero sobre todo su ideología sobre el bien y el mal; sobre el poder de Dios y la amenaza del Diablo. De esta forma se refrendó el matrimonio monógamo y se declaró al instinto sexual como algo demoniaco; también se prohibieron las prácticas homosexuales, porque la unión entre dos personas debía ser únicamente entre hombre y mujer.
Alice Bonneau describe en su libro Padlocks and Girdles of Chastity: A Historical and Descriptive Notice, que los papas y demás clericós crearon leyes que respaldaban las teorías divinas relacionas con las relaciones de pareja y las prácticas sexuales, entre las que incluía el pecado que suponía tener sexo fuera del matrimonio. Una de las principales luchas fue en contra de la infidelidad y la virginidad – la mujer estaba obligada a llegar virgen al hecho de bodas” – además la iglesia católica especificaba que las relaciones sexuales  solo debían enfocarse a la reproducción y carecer de disfrute; no debían efectuarse por mero deseo. A pesar de las prohibiciones aparecieron en Europa las Primeras Infecciones de Transmisión Sexual, consideradas por el clero como castigo celestial al libertinaje sexual.

Puritanos y Liberales.
Siglos más tarde durante la época vitoriana (1873-1901), se continuo con la restricción de conductas sexuales como la masturbación, a la cual, además de inapropiada, se le consideraba responsable de enfermedades como la epilepsia y locura. Un indicativo de este pensamiento quedó plasmado en el libro de Psychopatia Sexuales, de Richard Kraft-Ebing, publicado en 1882, en el cual el autor describe tipos de comportamientos sexual considerado patológicos, responsables de una desviación sexual. Cabe destacar que aun en esta etapa las prácticas sexuales que no estaba destinadas a la reproducción eran consideradas anormales. Se creía -  por citar un caso – que si las mujeres disfrutaban del sexo, era probable que murieran de forma prematura.
Este tipo de ideología perduro hasta mediados del siglo XX. Se modificó con la aparición de una nueva forma de pensar  encabezada por Sigmund Freud (1856-1939), neurólogo austriaco creador del Psicoanálisis, quien demostró que la sexualidad era parte importante de los seres humanos y tiene influencia en el desarrollo de su personalidad.
Freud introdujo al campo médico términos como “Libido”, la cual controla los deseos eróticos. Se atrevió asegurar que los miedos y las fobias derivan de frustraciones sexuales. A pesar de lo controversial – y lo bastantes discutidas – de sus teorías, es considerado el padre del modernismo sexual. Otros de los personajes claves para el entendimiento de la sexualidad humana fue el psicólogo británico Havelock Ellis (1859-1939), autor de Psychology of Sex, donde explica que los deseos eróticos son iguales tanto en hombres como en mujeres, y la masturbación no causa ningún tipo de daños Físicos o mentales. Por su parte la doctora escocesa Marie Stopes (1880-1958) aseguraba que el sexo debá disfrutarse de forma libre y sin temores.
Otras de las aportaciones importantes en el campo del erotismo  vino de las ideas revolucionarias de la  filosofa y escritora australiana Germaine Greer (1939), quien en su libro la mujer eunoco critica al matrimonio convencional y los rígidos estereotipos que encasillan a las mujeres como seres pasivos en la cama incapaces de proponer conductas o caminos sexuales.
En septiembre de 1919 Alfred C. Kinsey se graduaba de doctorado en biología de la universidad de Harvard; 19 años más tarde publico  Sexual Behavior in the Human Male y,  en 1953  Sexual Behavior in the Human Femal, textos que significaron una transformación en el estudio sistemático de la sexualidad Humana, pues permitieron derrumbar mitos con respecto a la conducta sexual.

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